вторник, 28 августа 2012 г.

EL CAPÍTULO 83.

- Bueno, ¿qué? - Preguntó Ignacio Dalgo cuando Mary-Inés fue a su oficina. Él no se ofreció a sentarse, lo cual, sin embargo, no le molesta. Se sentó en la silla que estaba cerca de la mesa y ha cruzado las piernas.
- Todo va genial, papá!
Él la miró con incredulidad.
- ¿Estás seguro?
- Claro que sí! - Ella dijo. - Como puedes ver, mi vientre crece, Antonella mantenerse a una distancia, Nicolas vive conmigo y todavía no se va a ninguna parte.
- Sí, pero él quiere casarse!
- Se va a casar, papá, no te preocupes. Hay muy pocas veces. Cuando daré a luz al nuestro hijo, él no se atreverá a negarme.
- Darás a luz? - Dalgo sorprendida.
Ella se echó a reír.
- Bueno, por supuesto! Ahora tengo casi un embarazo de cinco meses.
- Pero ...
- Sí, lo hice, padre, - Mary-Ines seria mirada Ignacio. - He encontrado a una mujer que da a luz al niño. Ahora está en un lugar seguro bajo fuerte custodia. Todo siempre y no lo necesita.
- ¿Qué va a pasar cuando ella da a luz a un niño? - Pregunta Dalgo.
- Y entonces, querido papá, volverá de nuevo a donde vinió. Como sabemos, hay que deshacerse de cosas innecesarias.
El hombre pensó.
- Es incautamente, - por fin dijo. - Esta mujer es testigo y puede revelar tu secreto.
- Me ocupé de eso. En primer lugar, voy a pagar tanto como ella, y nunca soñé. En segundo lugar, si ella abre la boca, en la cárcel no me sento, y ella, junto con el Dr. Federico Cornejo Mejía. En mi caja fuerte son documentos que prueban que este doctor es la venta de los bebés nacidos de mujeres de barrios pobres - ella sonrió con picardía.
- ¿Qué hiciste cosas - Ignacio mano, sonriéndole. - Te quiero, hija. Eres un Dalgo verdadera! El mundo pertenece a nosotros y nosotros solamente.

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