вторник, 28 августа 2012 г.

EL CAPÍTULO 84.

Paula entró en la oficina sin llamar.
- ¿Qué diablos haces aquí todavía? - En seguida ha atacado a Nicolas.
El hombre levantó la vista del papel y miró a la mujer.
- Estoy contento verte tambien, Paula, - murmuró. - ¿Y dónde, interesante, ¿yo debo estar?
- En España! - Ella dejó escapar.
- ¿Sí? - Sorprendido Nicolas. - ¿Por qué no en Grecia o en Madagascar? Tal vez tengo que dar una conferencia en la Antártida para los pingüinos?
- Deja las agudezas estúpidas! Tienes un poco tiempo. ¡Prepárate! - pidió Paula.
- Yo no voy a preparase a ninguna parte hasta ahora, mientras que no explicarme que pasó.
La mujer se sentó.
- Antonella salió para España, y se supone que debes ir tras ella.
- ¿Por qué iba a hacerlo? - Le preguntó. - Hemos aclarado a todo con Antonella.
- ¿Estás seguro?
- Más de que.
- Vuelvo a cerciorarse que Antonella tiene razon. Eres el ganso incorregible! ¿No te das cuenta de que puedes perderla?
- A mi no me acostumbrar. Ya lo he perdido una vez, y, como ves, estoy vivo. Me voy a casar con Mary-Inés y hacer una carrera en la política. La perspectiva maravillosa, ¿no?
- Excelente! Bueno, lo intenté, - Paula se levantó. Cerca de la puerta de la oficina se volvió y dijo: - Si un dia vomitarte de sus perspectivas maravillosas, recuerde que pudiste tener, pero él se negó por la terquedad y estupidez impenetrable.
La puerta se cerró, y Nicolas ha quedado solo.

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