воскресенье, 30 октября 2011 г.

EL CAPÍTULO 10.

El centro de negocios en Avenida dе Mayo representaba el edificio de veinte plantas enorme del cristal y el hormigón, en que ventanas se reflejaba brillante el sol abrileño.
Nicolas es nervioso medía por los pasos el gabinete - desde hace un tiempo aquel se hacía más: en ello había una sala de conferencias adyacente, también la habitación del descanso con el bar excelente. Hoy le tiene que un nuevo encuentro con Antonella que no lo alegraba. Él ha gastado hace mucho y las fuerzas para borrarla de la vida. Pero cerca del destino se ve había otros planes a esta cuenta. ¿Que a ello ahora hacer?
- ¡Y nada! - ha respondido Nicolas él. Ramirez ha dicho correctamente, él debe se concentrará en la campaña electoral. ¿Y a propósito, donde él?
- ¡Silvia! - ha llamado él en el mecanismo telefónico.
- Sí, señor. Le escucho, - con la preparación ha respondido la secretaria.
- Encuentre a Ramirez. Lo espero en el gabinete.
- Bien, señor, - ha sido desconectado.

Ramirez ha aparecido en cinco minutos.
Nicolas por el gesto lo ha invitado a sentarse. Durante un minuto él callaba, tratando escoger las palabras a aquella conversación, que él quería ahora llevar.
- Diego, - habiendo oído el nombre, Ramirez inmediatamente ha hecho a la frente interesada, - hoy comenzamos la preparación de la compañía electoral. Me tiene que un nuevo encuentro con Antonella, mi ex esposa. Desearía reducirme este encuentro, mi (Nicolas ha hecho el acento sobre esta palabra) el encuentro hasta el mínimo.
- He reflexionado aquí después de nuestro con tú de la conversación, Nicolas. Esta, como llamas, el problema puede hacernos el juego. Podemos darlo así que hasta la ex esposa cuesta a tu parte. Haremos un par de los reportajes, añadiremos la foto familiar....
- No iré a esto, - Nicolas ha apretado tan fuerte los puños que han puesto blanco los nudillos.
- ¿Y cómo querías? - El ayudante ha dado una vuelta alrededor de la mesa y se ha acercado muy cerca al hombre, - Sobre la honestidad y los principios morales en la política saldrás ni mucho menos.
La frente de Nicolas se ha fruncido. Él de repente ha sentido es claro que ha caído en la trampa. Todavía no tarde escaparse, pero... Algo lo retenía de este paso, y él no podía comprender, que precisamente.
- A ti, como al senador futuro, - continuaba Ramirez, - es necesario adqurir reputación de la parte mejor..... Por ejemplo, casarse.
Aquí de que-de que, y este Nicolas no esperaba de ningún modo.
- ¿Eres serio? - Ha preguntado él
- No es más seriamente, - el ayudante ha mirado para unas horas, - Sin embargo nos es hora al encuentro con nuestra creadora de imag
énes. ¿Eres preparado?
- Sí, - ha refunfuñado hoscamente Nicolas.
Pero el corazón ha sido clavado traidoramente más fuerte regular.

EL CAPÍTULO 9.

"¡El diablo! ¡Como duele la cabeza!" - Nico se ha agarrado de la bola enorme pesada que se raja, que presentaba ahora aquella parte del cuerpo que se llama en la cabeza. Él ha tratado de levantarse, pero inmediatamente ha sentido el ataque agudo de la náusea y ha echado en el cuarto de baño.
¿Donde él se ha ingeniado tan para emborracharse? La única cosa que él recuerda, cómo con los amigos han pasado en el bar, pero se ha negado a verterlos, tuvo que mostrar el pasaporte, que se encontraba solamente a uno. En general, los han echado. Y después han ido a otro bar y allí..... ¿A propósito, y cómo él se encontraba en casa?
El tabaleo de los rodeos en busca de la verdad influía mal sobre su disposición, por eso él ha caído de nuevo en la cama y ha dormido.

EL CAPÍTULO 8.

- Mamita, - en la puerta entreabierta ha aparecido la cabeza Lucreсia o, como la llamaban en la familia Lu. – Nico hasta ahora no ha venido a casa.
La chiquitina ha entrado en su dormitorio y se ha parado en medio de la habitación, habiéndola mirado por la mirada seria, aunque semejante pasaba extremadamente raramente. Antonella ha mirado la hija y su corazón se ha apretado. ¡Como es parecida al padre! Especialmente los ojos. Muy a menudo Antonella veía el brillo travieso a los ojos de Lu, cuando aquella iba a hacer cualquier marranada … Este brillo … Él a menudo aparecía a Nicolas, cuando quería turbarla. ¡Y esto a él mucho hasta resultaba bien! Antonella ha apretado los dientes. Todo bastará pensar en esto. A ella ahora debe ser así, como ser mañana, cuando llegará Nicolas con el ayudante. Por este Ramiro … o como ello allí, que ha llamado por la tarde ante la partida y ha fijado un nuevo encuentro por la mañana. Y como no quería … PERO los honorarios, que le serán pagados por el trabajo con Nicolas Kornejo-Mejia, cubrirán por completo el empréstito en el banco … Y este lo más importante. Por eso ningunas emociones. Solamente el trabajo.
- ¿Y lo llamabas, amable? - La mujer ha pasado por la mano por ahora a los bucles llanos para arreglarlos y ha besado Lu en la cima.
- ¡Él el tubo no toma, - torcedo la muchacha la carita con aire descontento, - y ya que él prometía reducirme en "Shrek"! ¡Hoy el estreno!
- Baja con Lautaro y Paula, - le ha propuesto a la madre, sentando en agachadillas para ser con la hija en un nivel de los ojo. – ya que la última vez ibas con ellos.
- ¡Sí, pero en "Shrek" quería ir con Nico! – la muchacha es caprichoso ha golpeado por el pie por el suelo y ha hinchado las esponjas rollizas ajaraca. ¡– Él prometía!
- Puede, era detenido por unos asuntos importantes, - ha supuesto Antonella.
- ¡Las muchachas, - torcedo es ridículo Lu, - a Nico en la cabeza solamente unas muchachas!!
- Lu, - ha exclamado Antonella.
- ¿Que? Ya que no negar que nuestro Nico cambia constantemente a las muchachas. Él no puede simplemente sin atención femenina.
Aquí Antonella debía reconocer la razón de la hija de diez años. Nico era tal, por la copia exacta del padre - no puede vivir simplemente sin necesidades bajas …

El reloj mostraban son las doce menos cinco de la medianoche. Antonella es nervioso iba por la cocina, acercando corriendo hacia la ventana al susurro menor y mirando atentamente la oscuridad. "¿Y bien, donde él? ¿Que podía pasar?" - se preguntaba. Ha comenzado a sonar teléfono. La mujer ha echado al tubo.
- ¡Hola! ¡Nico! - ha gritado casi.
- ¡Hola!,- es era Martin, - Nico no ha llegado todavía?
- ¿No, - ha respondido Antonella con caído la voz, - no sé que hacer, donde buscarlo?
- Voy a llegar. Juntos encontraremos la salida.
- No es necesario. Siento que de nada le ha pasado. Simplemente ya tarde, y no existe. Te llamaré por la mañana.
Ha puesto el tubo.

Han conocido Martin hace tres años. Él ha llevado a la sobrina en su centro a la escucha. Es necesario decir que es con la voz la muchacha el Dios ha privado, pero en Martin ha adquirido al amigo bueno.
Después de la ruptura con Nicolas, Antonella sufría mucho. Su mundo se derrumbaba. Todo, con que soñaba, que estimaba, ha desaparecido al instante. No sabía que a ella hacer, donde ir, a quien pedir la ayuda. Los amigos fieles, Paula y Loutaro, la han salvado entonces, Nico y pequeña chícharita a Lu de la pérdida inminente.
Al principio, no ha nacido la hija para contener una pequeña familia, es más justo lo que de ella se quedó, Antonella trabajaba en el Fondo de la cultura. Esto era insoportable. Todo recordaba Nicolas, sobre señora Lucrecia, sobre la casa, en que era feliz, y donde han roto tan cruelmente su corazón.
A veces Nicolas pasaba por la televisión, en distinto las transmisiones económicas. Y nunca, ni en una entrevista, él no se ha ido de la lengua sobre la familia, y cuando lo preguntaban por ella, prefería responder en broma. De esto se hacía aún.
Y entonces la mujer ha jurado, ha jurado por todos los santos que olvidará Nicolas y más nunca en su vida no habrá hombres, no le causarán el dolor.
Antonella trabajaba mucho, creando el centro productores, bajo que techo se ha unido todo el espectro de los servicios, de las fiestas infantiles hasta las grandes compañías de relaciones públicas. Gracias al Fondo de la cultura había unos enlaces con las personas necesarias, por eso desenrollar los pequeños asteriscos era no complicado.
Y después en su vida había Martin. Primero eran simplemente los amigos. Eran unidos por la pena general. Un año antes del encuentro ha muerto en el autoaccidente su mujer y un pequeño hijo. Antonella se contaba también la viuda, porque el hombre de su vida para ella ha muerto.
Martin era muy tierno y cariñoso, él no hablaba las palabras hermosas, pero su cada acto declaraba que Antonella es una luz de su vida. Él ha trabado amistad con sus hijos. Hasta Nico es bueno a él se ha referido, de que esperaba en absoluto.
Y después.... Después ha permitido quererse. Puede, porque se ha cansado de la soledad, es cansado ser fuerte, la tiene ganas el hombro fuerte de hombre al lado, la tranquilidad y la estabilidad. Martin le ha dado todo esto. Un buen día él le ha hecho la proposición, y ha consentido.

Antonella de nuevo ha mirado para un reloj. Las doce y media de la noche.
En el castillo ha comenzado a susurrar la llave. Ha echado a la puerta, la taza con el té que se ha enfriado se ha estrellado en mil pedazos sobre el suelo, pero esto no agitaba. La puerta se ha abierto y a ella se ha abollado Nico completamente borracho.
- ¿Donde eras? - Ha preguntado, tratando retener al niño pasado de la edad, que se ha deshecho sobre hombro su.
- Mmmmmmm.... - el niño ha dicho balbuceando algo inarticulado.
Pero esto era insignificante ya. Principal - él aquí, vivo, con él todo es bueno. Es más según las posibilidades ha cargado al hijo a abrazar y ha movido en la habitación.

EL CAPÍTULO 7.

Claro, Nico en seguida ha conocido al padre. Además, él mismo ha invitado a verter los espagueti a la cabeza de este ánsar, que estaba con una señora y amablemente le sonreía. ¡Como él lo odiaba! Él olvidará nunca, cuánta mamá lloraba, cuando han salido. Él era todavía completamente el niño, pero él recuerda todo. ¡Y él vengará! Por todas las lágrimas de mamá, por lo que Nicolas quería verlo nunca, se interesaba nunca por el hijo.
Primero al vapor de los años vivían junto con Lautaro y Paula. Primero la mamá era ocupada por la muela de Lu, paralelamente trabajando en el fondo, dejado a ella en la herencia la señora Lukrecia, creaba después propia agencia. Nico adoraba a la mamá Antonella y hermosa Lucrecia. Y es ahora, cuando él pensaba en ellos, su persona ha sida llenada la ternura, y él ha sonreído sin ganas.
Una vez junto con la hermana han ido de visita a Abelardo. Aquel vivía en una pequeña casita en el suburbio de la ciudad y tenía comercio por la venta de los productos Lu penetraba al anciano a las rodillas, Nico se sentaba al lado, y con el encantamiento escuchaban sus relatos sobre la señora Lucrecia, sobre la vida en la casa De Cornejo-Mejia, como la mamá y el papá se han querido y que tuvieron que llevar para el amor. En cierto modo el muchacho ha preguntado, por qué el papá nunca a ellos no llega y no llama. En vez de la respuesta de Abelardo ha sido bajado y se ha puesto en los razonamientos amplios de la complicación de la vida. Nico así nada no ha conocido. Y ya que quería oír así la respuesta a la pregunta, porque la mamá no deseaba también hablar a este tema.

En uno de los días Nico ha llegado a Abelardo uno y lo ha pedido ir junto con él a la casa De Cornejo-Mejia. Aquel se negaba mucho tiempo, llamando las causas distintas, pero en el fin-fines se ha rendido bajo la presión del mocito. ¿Y cómo era posible renunciar a este pequeño pilluelo con los ojos azules cielo?
- Promete solamente, - ha dicho Abelardo, - que miraremos simplemente de lejos y todo.
- Claro, abuelo, - ha respondido Nico.
Y han ido.

Al parecer la mansión se ha quedado mismo, por que recordaba su a Nicolas-menor. Solamente aquí él mismo se ha cambiado. En una de tales llegadas él ha visto al padre. Aquel salía del coche con una mujer, y después la ha movido a la casa, abrazando el talle y algo susurrándole a la oreja, aquella en la respuesta fuertemente y es opuesto reído. Nico ha sentido el ataque agudo del odio y ha apretado las levas.
- Iremos, - lo ha sacado del entumecimiento de Abelardo, - y así veías demasiado, hasta que no era necesario.
- ¿Por qué? - Ha preguntado el muchacho y ha comenzado a llorar. ¿- por qué, el abuelo? Él quería así a la mamá, recuerdo. Y ahora él ha olvidado sobre nosotros. ¿De veras otras mujeres son más caras a ello, que la mamá, Lucrecia y mí?
Las lágrimas ahogaban, conmoviendo en los sollozos su pequeño cuerpecito.
- Llora, mi muchacho, - el anciano ha abrazado Nico los hombros, - llora, a ti se hace más fácil.

Pero no se hacía más fácil. En vez de la pena ha llegado el odio. Ha rellenado su corazón sin resto. Los recuerdos y el encuentro de hoy con el padre han agitado el dolor que se ha escondido. ¡Él vengará! Nico ha apretado los puños y en lleno de firmeza ha salido al encuentro de la incertidumbre. Ya que solamente un Dios se sabe, en que se derramará esta lucha contra la persona, que le cae por el padre natal - Nicolas Cornejo-Mejia

EL CAPÍTULO 6.

El encuentro con Antonella ha estropeado definitivamente el humor de Nicolas. Por eso, deseando distraerse de los recuerdos de la ex esposa, él ha decidido encontrarse con la amiga Mary-Inés. El deseo de ir a los restaurantes habituales no quería. Por eso el hombre ha decidido invitar a la muchacha en el restaurante confortable, que se encontraba casi en el suburbio de la ciudad. Mary-Inés algo trisaba, periódicamente revolviendo la pajita cóctel, él ponía cara que escucha y hasta saludaba de vez en cuando, pero ante sus ojos había todavía un encuentro de la mañana con Antonella. Él podía reconocer que en unos años que eran a lo lejos uno de otro, se hacía aún más hermosa y concupiscible. Aquí solamente no lo gusta que ha cambiado el peinado. Como él quería sus rizos … aspirar su aroma … el aroma especial, que perseguía sus años largos de la separación …
¡Todo bastará! Nicolas ha apretado el tenedor en las manos, sin notar que la compañera de viaje se ha calmado y lo ha mirado atentamente. Él no debe pensar en Antonella. Él ante ella no era culpable. Ni en que no es posible acusarlo. Ha tomado esta decisión. Ha deseado creer en aquella mentira que han dado a ella sus enemigos. Es culpable que su matrimonio se ha didvidido. Y él no es culpable en lo que todos estos años ni de que no la sabía y su hijo, porque Antonella ha deseado así. Él no es culpable. No es culpable …
- ¿Mi amor, - él ha sentido en la mano la palma fría Mary-Inés, - todo está en orden? Eres demasiado intenso.
- Todo es bueno, - Nicolas ha hecho sonreír y echar los pensamientos de la ex esposa.
- Quieres … - ha dicho la muchacha con voz ronca – te haré hoy el masaje … el masaje especial.
Nicolas ha sonreído sólo, habiendo puesto la mano encima de su mano.
Todo iría como bien, mientras su atención no atraiga la atención el par completamente joven detrás de la mesita vecina. Nicolas ha observado. El muchacho se era paseado con todas las fuerzas ante la compañera de viaje. El hombre se ha sonreído. Claro, como pon que sobre la mente a este muchacho. Aquel al instante se ha vuelto y ha mirado Nicolas directamente en los ojos, además continuando sobre algo susurrar a la muela a la orejita, acariciando su pincel estrecho por los dedos largos. Nicolas se ha fruncido. Algo no así en este muchacho. ¿O a él completamente el techo ha llevado? ¡En todo es culpable Antonella! Y esta campaña electoral maldita, por que tiene que comunicarse con ella.
Nicolas ha quitado la vista de una pareja y de nuevo ha dirigido la mirada a la amiga.
- ¿Te gusta aquí? - Él ha tomado las manos tiernas Mary-Inés en, además ha inclinado ligeramente la cabeza y ha mirado a ella en los ojos, perfectamente sabiendo, que efecto hace a las mujeres tal mirada …

Lo que ha pasado en momento siguiente, Nicolas ha sumido en el choque. Él conversaba amablemente con la compañera de viaje y de repente ha sentido, cómo a su cabeza se cae algo caliente, y no se cae simplemente, y disminuye por los carámbanos largos. ¡Los espagueti! En cincuenta Nicolas con el rabillo era todavía bastante veloz, por eso se ha ingeniado y ha agarrado al ofensor por el pie. Aquel trataba de ser arrancado, pero no ha llegado a tiempo – el hombre lo ha tumbado a la tierra y ha torcido las manos. En cinco minutos a la cafetería ha llegado la policía. Al muchacho han esposado y han levantado el acta sobre menudo a gamberrada.
Nicolas miraba con aire descontento el muchacho, que estaba aparte y con la llamada lo miraba. Él se ha fruncido. De nuevo un sentimiento incomprensible. Y su esta mirada. ¿Por qué le parece que él sabe a este muchacho? Ya que él sabe exactamente que nunca no lo veía antes. ¿Y por qué le parece que el muchacho ha mudado de semblante, cuando ha oído el apellido de Nicolas? El hombre ha conmovido la cabeza. Le es necesario el descanso.
- El señor, - se le ha acercado el oficial, - hemos informado la familia. Pronto deben llegar. ¿Por ahora queréis que detendríamos a este muchacho?
Nicolas ha tendido la mano a la compañera de viaje.
- No, solamente hasta la llegada de la familia, - eran pronunciadas es frío por Nicolas, - me voy.
Él ha dejado la última mirada al muchacho que hablaba en este momento con la amiga.
- Que por la brujería, - no podía comprender él.

Poco tiempo después de su partida en el restaurante, como si el huracán, ha irrumpido la mujer y se ha dirigido directamente al culpable del suceso.
Ella un tiempo lo miraba callando.
- ¿Puede, explicarás? - Ha pronunciado al fin.
- Por teléfono todos te han dicho, - ha rezongado el muchacho, metiendo las manos en el bolsillo.
- ¿Espero, has pedido por lo menos los perdones? - La mujer ha decidido no armar el escándalo públicamente.
- ¡Y no compadezco, - el niño ha levantado desfiantemente la barbilla y ha mirado obstinadamente por los ojos azules cielo la mamá, - Si se presentará la posibilidad, una vez más haré así!
- ¿Que? - La mujer ha ayeado.
- ¿El señor, - se le ha acercado el oficial de la policía, que antes hablaba con que ha sufrido, - Es usted la madre de este muchacho?
- Hablaremos en casa, - ha prometido al hijo. Ha dirigido después la mirada en que se ha acercado, - Sí, oficial – yo soy su mamá. Mi hijo siente mucho sobre que ha pasado y ….
- El señor, a que, - el oficial ha mirado el muchacho y tosía, - a la cabeza, que su hijo vertía los espagueti, se ha ido.
- Bien, - ha saludado la mujer, amablemente sonriendo al oficial, - Y llaman como …
El oficial ha abierto la boca, pero era adelantado por el muchacho:
- Nicolas Kornejo-Mejia.
La mujer es incrédulo ha dirigido la mirada al hijo después al oficial, abriendo y cerrando la boca.
- Nicolas Cornejo-Mejia, - ha dicho con voz fina delgadamente su voz. Esperaba que ha oído mal.
- Sí, el señor. Perdonen, - ha saludado el oficial y se ha alejado, puesto que era llamado por alguien.

La mujer miraba en la espalda del oficial. Después se ha vuelto muy despacio de cara al hijo. Sobre su persona era indefinido cara.
- Significa Cornejo-Mejia, - ha arrugado la nariz.
- Sí, - ha saludado hoscamente el muchacho, - el Mismo Cornejo-Mejia. Mismo, por que tenías la tontería una vez casarse.
- ¡Nico! ¡No puedes tan hablar!
- Y no tal tengo derecho, - ha enseñado los dientes el muchacho y ha salido a la calle.
Y Antonella, esto era ella, miraba detrás del hijo Nico. ¿Que, al diablo, pasa? Desde buena mañana ha sido declarado Nicolas, ha dicho a ella de las porquerías, ahora aquí este encuentro del padre y el hijo, que es desconocido a que llevará. Delante la campaña electoral de su ex marido, pero el comienzo de todo esto no le gustan seguramente.