вторник, 14 февраля 2012 г.

EL CAPÍTULO 74.


- Buenos días, doña Ana, - saludó Nicolas. Se detuvo en la puerta y, sin dejar de mirar a la chica sentada en la cama, a su hija.
- B-buenos días, Nicolás, - dijo Ana, tartamudeando. Lo que está sucediendo parecía imposible. Sólo que habló con Lu acerca de su padre y luego, como si por arte de magia, este es el padre apareció en la puerta. Doña no sabía qué hacer, vaya y llame a Antonella, o quedarse y ver qué pasa. Se puso de pie y, poniendo un pie delante, con la boca abierta y los ojos desorbitados, como una estatua congelada.
- Y aquí estoy! Y lo que me trajo - en la casa casi volando (no se olvide de la edad) Víctor y luego chocó con el pie en la puerta de Nicolas. - Mi princesa - una voz apenas audible, concluyó.
- Buenos días, Víctor, - saludó Nicolas.
- Sí, sí, sí - charlatanea señor Aliaga - Buenos días, Nicolás! - Y le tendió la mano en señal de saludo.
Nicolás le estrechó la mano y miró de nuevo a su hija. Él se sentía ahora tonto. No, no simplemente el tonto, y el carnero, que ha clavado los ojos a la nueva puerta. La puerta era realmente nueva. Claro, no es bueno tan llamar a la hija, pero él no podía recoger otra definición.Tenía en una mano y un oso de peluche en el otro - un paquete de naranjas. Y no sabía que hacer.
- ¿Quién es Usted? - Dijo Lu.
Nicolas se ingiere. Una pregunta tan sencilla, pero tan difícil de responder.
- Yo .. - empezó a decir.
- Señor Aliaga - doña Ana lo interrumpió - y no tomamos una taza de café, no?
- Sí, sí, sí - una vez más charlatanea Victor. - ¿Está loca? - Exclamó, cuando Anna, tomando su mano, sólo empujó fuera de la cámara. - Los déjar juntos! Él ... Y Antonella ... Si ella se entera?
- Ella no sabe - doña aseguró. - Es hora de conocer a una niña con su padre.

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