вторник, 14 февраля 2012 г.

EL CAPÍTULO 75.

- ¿Quién es Usted? - la chica pregunté de nuevo.
- He venido a visitar a ti, - dijo Nicolas lo primero que me vino a la mente.
Ella se rió.
- Usted es tan gracioso y estúpido.
- ¿Por qué? - Se dio unos pasos vacilantes hacia adelante.
Él se movía como en el sueño. Todavía ayer él mismo no quería confesar a él que teme fabulosamente este encuentro, y hoy él cuesta en la cámara y habla con la hija. Todo le parecía increíble.Y ella lo miró con los ojos bien abiertos, no tuvo reparos.
- ¿Por qué soy gracioso y estúpido? - Nicolás repitió su pregunta.
- Me recuerdas a un burro que accidentalmente andaba en el jardín ajeno, - ha respondido animadamente Lu.
Nicolás no pudo evitar reírse. ¡Increíble! Antonella número dos! Solamente puede dar algo tal, de que a veces simplemente las orejas se marchitan.
- ¿Por qué se ríe?
- Tu me recuerdas a una persona - Nicolás respondió con una sonrisa.
- No habé respondido a mi pregunta. – Lu fue de repente serio. ¿– quien es Usted?
El hombre fue también serio. Esto era la pregunta más difícil, a que lo tenía que responder.
- Yo, - dijo y se detuvo.«¡Y bien, da, di!» - instigaba traidoramente la voz interna. Yo, - empezó de nuevo, y exhalando concluyó: - un donante!
- ¿Quién? - Lu sorprendido.
- Un donante, - repitió Nicolás. – te era necesaria la sangre, y a mí se encontraba justamente aquel grupo, que era necesario.
"Señor, que yo hablo?"
- ¿Significa, Usted es mi salvador?
- Bueno, se podría decir - sonrió débilmente. - Y me gustaría hacer amigos con ti, si no te importa.
La muchacha ha inclinado la cabeza y lo ha mirado, ligeramente habiendo entornado los ojos. La ha gustado este hombre extraño.
- Tal vez, con Usted tendré amistad, señor, - con dignidad ha pronunciado Lu y ha tendido la mano.
- Me habé hecho infinitamente feliz, señorita, - Nicolas ha apoyado el juego y ha besado galante una pequeña mano.
Han mirado uno contra otro y de repente al mismo tiempo se han echado a reír. Y todo era olvidado: el dolor, y la duda, y el miedo. En un instante Nicolas ha sentido la proximidad increíble y el amor enorme a la muchacha, la hija llamada en honor a su abuela Lucrecia. Él le dio regalos, que aún tenía en sus manos.
- Esto es para ti - dijo.
Ella tomó el juguete y una bolsa de naranjas.
- Este es el oso más hermoso, a quien nunca le dio, - dijo - Gracias.
Nicolas miró, y él quería detener el tiempo. Se inclinó hacia su hija y le susurró:
- Eres la chica más guapa del mundo. Y me gustaría que nuestra amistad con que era nuestro gran secreto.
- ¿Por qué? - Ella lo miró sin comprender.
- Ya ves, hay personas que están en contra de nuestro conocimiento. Ellos no tienen que saber que nos hicimos amigos.
- Es gente mala?
- No, son buenos. Sin embargo, aunque no es necesario que les diga.
- Es decir, será una sorpresa para ellos?
- Esto será una gran sorpresa para ellos - Nicolas sonrió y levantó el dedo a los labios. - Pero tengo que ir. Yo os visitaré mañana.
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo - le besó la mejilla.
Él no quería irse, pero él sentía que tenía que hacerlo. Él sonrió de nuevo a la chica y se dirigió a la puerta. En la puerta se volvió y envió un beso a Lu. Ella saludó con la mano. Nicolás abrió la puerta y se quedó inmóvil.
- Nico?

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