воскресенье, 4 декабря 2011 г.

EL CAPÍTULO 48.


Tiene que engañar nunca la Vida. Es más sabio y más con visión de futuro de todos nosotros. No importa la forma en que trataron de desentrañar sus misterios, siempre nos va a tirar un par más, así que no estamos relajados y no la esperanza de una feliz coincidencia. Todo lo que debe ser en nuestra vida está predeterminado incluso antes de nuestro nacimiento. Y la vida nunca se apartará de este plan, metódicamente nos conduce en la dirección correcta. Sólo que, debido a sus limitaciones, no siempre son conscientes de sus signos. ¿Con qué frecuencia simplemente ignorarlos y comenzar a preparar el terreno a donde no se espera. Podemos pasear por años ya veces de por vida, maldiciendo su suerte, y nunca se dio cuenta de que nuestro lugar no está aquí y allá, en otro mundo, otra vida, en aquellos lugares donde sólo tenemos un valor.
Antonella regresó a la habitación y miró a su alrededor, en busca de Martín. Estaba de pie cerca y habló con Diego Ramírez. Se acercó a él y, dirigiéndose al novio, dijo:
- Estoy cansado. Podemos volver a la habitación?
- Que pasá, Antonella? - Le preguntó preocupado Ramírez.
- No, todo está en orden - respondió ella. - Bueno, qué, Martin?
- Bueno, vamos a ir - Martin se desanimó totalmente como un cambio repentino del estado de ánimo de la mujer.
La habitación estaba fría. Aire acondicionado registró congestión, trabajando a plena capacidad. Antonella cansancio se dejó caer sobre la cama. Martín se sentó a su lado y le acarició el tobillo desnudo, haciendo de ella un instante, cubierto de hormigas pequeñas.
- ¿Qué es? - Preguntó el hombre. - Has volvió de la terraza no es ella misma.
En lugar de contestar, Antonella tomó la mano y se detuvo.
- ¿Qué pasa si le asignamos una boda el próximo mes? - Martin preguntó cuándo, después de que estaba en la cama, y él la abrazó por la espalda.
- Se va a estar bien - respondió con calma Antonella, pero si él sólo sabía lo que valía la pena. Las lágrimas le ahogaron, pero no podía permitirse el lujo de llorar. Martin se empiezan a cuestionar, y explicar que ella no tenía ni la fuerza ni el deseo. ¿Y cómo explicar lo que pasó en su corazón? - Me quiero casar contigo.
Comenzó a besar sus cabellos y los hombros. Ella se volvió hacia él, y él le tapó la boca con sus labios.

Pablo estaba sentado en una silla y se examinaron los documentos, que lo que se refiere a Sylvia. Cogió una copia del contrato, y su rostro se iluminó una sonrisa malévola. "Aquí se encuentran atrapados, Nicolas!" - Pensó. Ignacio Dalgo entusiasmado con estos documentos, pero mientras él estaba en un hospital, vano Pablo le una oportunidad por su cuenta. En previsión de la venganza en su pica las manos.
Entró en la habitación, Sylvia.
- Bueno, querida? - Se puso en la mesa de café de pie junto a una taza de café. - Esto es exactamente lo que has pedido?
- Sí, querida, - dijo, dejando a un lado el papel y presionar a la chica a sí mismo. - Mereces una recompensa.
Él la besó apasionadamente. Sylvia contestó al beso, pero pronto se alejó.
- Lo siento, cariño. Yo loco quiero estar con ustedes, pero mañana, Nicolás regresó de Punta del Este. Sabes lo exigente que se refiere al personal y el trabajo realizado en su ausencia. Por otra parte, este mensajero ... Es un extraña.
- Sabes, también noté. Algo en él no es así. Es mejor que los ojos de él ....
- Voy a tratar - se apresuró a lo besó y saludó. - Bueno, querida, tengo que ir. Hasta la noche!
- Nos vemos esta noche! - Dijo que en respuesta, y muy contento de que Sylvia, finalmente fue y lo dejó solo. Pablo dijo que recientemente ella y su amor comenzó a irritar. Pero mientras que Sylvia era lo que necesitaba. Una vez más se sumergió en el papel. De su contenido parece que Nicolás ha firmado un contrato para suministrar carne a Rusia, pasando por alto el banco de Dalgo. No pudo evitar reír ante la idea de la cara de Ignacio cuando se entere todo el dinero de él nadar. No, Pablo no le gustó para retirar la crema con un escándalo a gran escala. Él les quite a mí mismo, pero Dalgo recoger grumos. Alojarse en este genio, desde su punto de vista, el plan, Pablo comenzó a reflexionar sobre los detalles.

Nico vestido en el coche y se dirigió a la oficina. A lo largo de la manera en que se pensó en todo.
Cuando él entró en la recepción, aún hay nadie allí. Le sorprendió. Por lo general, la secretaria llegó muy temprano. Nico fue al estudio de su padre. En el aire, olor a colonia de su amo. Un joven sin darse cuenta olfateó y pensé: "Así es como millones de olor!". Se acercó a la mesa y se sentó en una silla.

...Junto al auto se detuvo aparte. Nicolás salió con una mujer y luego la llevó a la casa, abrazando la cintura y susurrando algo al oído, que en respuesta a una risa fuerte y desagradable. Nico sintió un agudo ataque de odio y los puños cerrados.
- Vamos - lo sacarán de su estupor Abelardo - y has visto demasiado así, incluso que no debería haberlo hecho.
- ¿Por qué? - Preguntó el niño, y lloró .- ¿Por qué, abuelo? Él estaba tan encariñado con mi madre, me acuerdo. Y ahora él se ha olvidado de nosotros. ¿Las mujeres de otros más para él que mi madre, Lucrecia, y yo?
Las lágrimas ahogaron, temblando de sollozos su pequeño cuerpo.
- Llora, hijo mío, - el anciano puso su brazo sobre los hombros de Nico, - y llorar, te sentirás mejor...


Nico apretó los puños de nuevo.
- Voy a tomar distancia de ti es una silla, mi padre! - Exclamó el joven. - Vamos a ver lo que va a ser sin su dinero.
Se levantó de su silla y se dirigió hacia la salida.
- ¿Qué nececitas aquí? - Enojado preguntó Sylvia, frente a él en la puerta.
Nico poco se borran, pero luego se recompuso.
- Fui a comprobar si todo está bien, porque Nicolás llega hoy - dijo.
Sylvia entrecerró los ojos como si tratara de ver si el tipo está diciendo la verdad.
- No generis de su nariz donde no se sigue si se quiere seguir trabajando en esta empresa - dijo entre dientes y metió la mano un paquete de cartas. - Toma, y rápido.
La máquina tiene ya caliente en el sol, cuando Nico se metió en ella. Sopló con fuerza y abrió todas las ventanas. Miró a la correspondencia que iba a razvezti. Las direcciones de familiares de los bancos y las empresas. Pero una dirección le llamó la atención. Esta fue la dirección de la agencia. Nico se alejó del aparcamiento, y dos horas más tarde, cuando volvió, la carta estaba todavía en la guantera de su coche.

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