суббота, 24 декабря 2011 г.

EL CAPÍTULO 65.


Ella abrió cautelosamente la puerta y entró en la oficina. Nicolás se sentó en la computadora y algo escrito.
- Hola, Nicolás - dijo la mujer.
Él se separó de la computadora y miró al recién llegado.
- ¿Por qué viniste? - Le preguntó.
- Vine a darle las gracias - contestó ella.
- ¿En serio? - Se levantó de su silla y se acercó a ella. - Tal vez haya algo que no sé?
- Nicolás, te ruego que ... - se separó de ella.
- ¡Basta! Basta, Antonella. Estoy cansado de tus mentiras. Hoy dices que me amas, mañana a casarse con otra. Hoy en día tengo hijos únicos, y mañana se aclara que todavía tengo y una hija. Y si no fuera por este terrible incidente, nuncas me habló de su hija. Es así, Antonella?
Ella miró a los ojos. Sonaban increíble dolor y la angustia.
- Sí, tienes razón. Yo nunca le diría que no.
Él sonrió.
- ¡Por supuesto! - Ha sido explosionado. - Tengo un traidor! Yo maté a tu amor. Y entonces, ¿quién eres? - Él la agarró del brazo. - ¿Quién eres entonces? - Repitió, y añadió: - ¡Estás mintiendo criatura. ¡Fuera de aquí! - De repente la apartó. - No quiero volver a verte.
- Me explico - suplicó entre lágrimas.
- Demasiado tarde - fue despedido.
Antonella dio la vuelta y caminó hacia la salida. En la puerta se detuvo y miró a su alrededor. Nicolás la vio irse. No, no lo pueden desaparecer. Se acercó a Nicolás y miró a los labios.
- ¿Qué estás haciendo? - Él la detuvo.
- No me persiguen, Nicolás - suplicó. - He cometido tantos errores. Y yo soy tan culpable ante ti. Tuve que decirle, pero no pude. Usted está muy ofendido conmigo. Pero cuando apareció Martin, ha perdido todo significado. Te amo mucho. No látigo conmigo ....
Nicolas miró a Antonella. Todavía el minuto atrás, lo odiaba con todas las fibras de su alma, y ahora se pone de pie delante de él - una sola y perdida, roto y orar, querida y deseado. Él pasó la mano por la mejilla, tocando ligeramente los labios con la punta de los dedos. Su respiración era intermitente, y ambos se dieron cuenta de que ahora que algo suceda, pero ninguno de ellos se atrevió a iniciar en primer lugar. Su cuerpo hizo una seña, la boca anhelaba un beso ... y se sentía como un muchacho de quince años, que fue el primero en probar el fruto prohibido. Él siguió mirando hacia ella, sintiendo el calor de su cuerpo. Como si la captura de su indecisión, que todavía se aferró a él más y llevó sus labios a los labios. Y luego la besó. La besó como un hombre fuerte puede besar - caliente, apasionado, y al mismo tiempo suave y amablemente .... No sólo besarla, le acarició la boca con los labios, la lengua ... Él hizo exactamente lo que quería. y él estaba esperando ....
Esa noche, ella le pertenecía. Él lo tomó como se puede tomar sólo un hombre cariñoso, y ella dio a sí misma como puede ser dada solamente a una mujer enamorada. Y nada en el mundo no podía dejar de amarnos unos a otros ...

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