пятница, 9 декабря 2011 г.

EL CAPÍTULO 53.


- A Usted el visitante, - ha anunciado en el selector la secretaria..
- ¿Quién es, Clara? - Le preguntó Antonella.
- El senador Nicolás Cornejo Mejía.
Antonella se separó de la pantalla y se quedó mirando la máquina. "¿Cómo se atreve?"
- No acepto a los estúpidos - dijo - incluso si es el senador de Parlamento argentino.
La secretaria desconectado. Antonella está de vuelta en el equipo. La puerta se abrió.
- El estúpido gustaría hablar - escuchó a su ex-marido.
La mujer se volvió - Nicolas entró en la oficina y se dirigió directamente hacia ella. Se detuvo en la mesa y, sin parpadear, la miró como si esperara una invitación a sentarse.
- ¿Qué demonios quiere? - Le preguntó Antonella, no prestar atención a sus expectativas.
- Quiero hablar con ti.
Ella se ríe del mal.
- Te ves como un tubo de escape.
- ¿Por qué?
- De ti viene el hedor.
Se tragó el insulto. Finalmente, llegó a explicar, no a pelear.
- Antonella, te pido ...
- ¿Qué me estás pidiendo? - Es un reto para mirarlo.
Nicolás frunció el ceño.
- Imposible hablar con ti,- se indignó.
- He dicho que con los estúpidos no hablo. Y ti no simplemente el estúpido. ¡Eres al ánsar!
- Tal vez insultos suficiente? - Nicolás se tenía de las últimas fuerzas.
- Es sólo el comienzo, mi querida - Antonella levantó una ceja. Su expresión era beligerante.
Él la miró y se dio cuenta que le molesta enormemente. Siempre lo ha sido, cuando se peleaban. Antonella se hizo insoportable, los insultos llovieron de él con una velocidad vertiginosa. Ella estaba dispuesta a romper el delincuente de punta en blanco. Pero es que la culpa de lo sucedido? Embarazo Mary-Inés no estaba en sus planes, sino también para hacerla tener un aborto, él tampoco pudo. Al final, es su bebé. ¿Cómo se lo explicaría todo Antonella ... si ella quería oír.
- Parece que estoy realmente estúpido - dijo - que no debería haber esperado para poder hablar con ti.
- La puerta - no - mostró un dedo.
Nicolás se volvió y salió. La secretaria le miró fijamente. Por lo general, el huésped y su jefe gritaban el uno al otro cuando se conocieron, y el silencio de repente.
- No puedo decirte nada para ayudar Usted? - Preguntó con cautela Clara.
- ¿Qué? - El hombre se separó de pensamientos tristes. - No, gracias.
La chica quería preguntarte otra cosa, pero Nicolás le indicó a detenerlo. ¡Oh, no! El hecho de que no desaparece. Él abrió la puerta y entró en la oficina.
- Se te olvidó la mañana lavarse las orejas? - Antonella saltó de su silla, pero Nicolás no la escuchó. En tres pasos cubrió la distancia a la mesa, sacó a Antonella a los labios y miró a su boca.
Ella no respondió directamente. En primer lugar, que despertó este acto loco, este beso, lleno de amargura, el resentimiento y el deseo insoportable. Antonella trató de resistir, pero Nicolas le cogió las manos y la apretó suavemente. Él se distrajo por un momento para susurrar, mirando a su ojos hermosos:
- Te amo.
Ella suspiró y se aferró respuesta más fuerte a él, con ternura habiendo rodeado su cuello con los brazos. Él la besó de nuevo, esta vez con más insistencia. Sus cálidos labios acariciando su boca, la cara, el cuello, los dedos los dedos el pelo, su cuerpo respondió a la pasión mutua: su alma lloraba por amor.
- ¿Recuerdas cómo me ha tratado? - Le preguntó Nicolás, un poco al margen de ella.
- Claro, - sonrió Antonella.
- Entonces dices lo que le gusta abrazar a mí, sólo para abrazar, porque para hablar de sus sentimientos, no necesariamente para hacer el amor. Me le has enseñado mucho. Contigo aprendí a amar y cuidar tu amor, el cuidado de ella. Y ahora ya no necesito nada, si sólo estás conmigo, Antonella, me abrazó, tan pronto como hoy. Sólo con que me siento vivo.
En sus ojos había tristeza.
- Te amo, Nicolás, - dijo - pero me voy a casar en Martin.
Tomó un mechón de su pelo castaño y la besó. El corazón latía y se hizo eco de dolor en todo el cuerpo. Antonella es su vida, su dolor, el único amor verdadero se casa con otra.
- Voy a luchar por ti - dijo firmemente.
- Asi imposible - se negó con la cabeza - esto es incorrecto. Mary-Inés esperando un bebé.
- Admito que un niño, yo le apoyo, él no es nada que necesita. Pero yo sólo quiero casarme contigo. Recuerde, Antonella: voy a luchar por ti!
Y él volvió a besarla.

El día resultó ser muy fructífera en todos los aspectos. Todo iba tan bien. "Pelucas idiota! - Maldito Nico - ¿Cómo pica la cabeza. Bueno, ¡qué desgracia! "Un gesto practicado, se enderezó el pelo, que extrañamente siempre igual de debajo de la peluca horrible. "Y bien, una apariencia a mi! - El joven sonrió, mirando su reflejo en el espejo. - No es de extrañar que a mí de vez en cuando dar la vuelta ".
Después de llegar a casa y tirar las cosas en el rincón más alejado, Nico se hundió lentamente en la cama. Sus piernas están muy zumbaban del bullicio interminable. Correo - No trabajo gratificante. Pero valió la pena. Incluso sonrió de la conciencia de las perspectivas que abre ante él.
- ¿Qué tan bien como en casa - murmuró, extendiendo la longitud total. - Y lo cansado que estoy.
Un minuto después, estaba profundamente dormido.
- Nico, descargas - gorjeó en voz baja al oído a su hermano durmiendo Lu, - no, ¿me oyes? - Más fuerte que ella repite.
- ¡Diós mío! Lu Todavía demasiado temprano. ¡Se atrasa, la avefría! - ha pronunciado de una manera soñolienta él, echando más arriba manta.
- Lo sé todo sobre ti, querido hermano! - ¿No dude un momento, ella se le acercó, se presentó ante él y se quedó allí hasta que sus ojos enojados no se centran en la cara, y una ceja negro no interrogante se deslizó hacia arriba. Su hermana siempre fue muy curioso e inteligente para su edad. Pero en este caso no importaba.
- ¿Puedes oírme? - Soltó una carcajada este diablo, mirándole con sus ojos marrones.
- Te no va a ser posible no escuchar - sonrió todavía sonrisa sueño.
- Que te vi! Visto! - No se aplacó Lu, sentado en su espalda y sus brazos cruzados sobre el pecho.
- Deja de gritar! Y baja por Dios de mí! - No se pudo de pie y gritó, Niko, tratando de parecer amenazante. - Te golpearé, la mocosa!
- ¡Ja! - Lu sonrió. Ella sabía que Nico sólo pretendía ser amenazado. - Las fuercas no es suficiente. - Ella sonríe alegremente, sacando la lengua.
"¿Cómo te gusta - no de buen grado brilló en mi cabeza. - Los mismos ojos. Ojos de Cornejo Mejia. La mirada tenaz mismo "
- ¿Quién es ella? - Le devolvió a la realidad Lu.
- ¿Qué quieres decir quién es ella? Yo no te entiendo - bostezó, dirigiéndose a otro dios.
- ¿Crees que todavía van en pañales, el matón? En - la primera - acento lento, dijo - Sé que eres nuevo abandonado sus estudios este semestre. Señor Gómez llamó ayer ... y el día anterior. Y tiene suerte de que me cogió el teléfono!
- Vamos ...
- Y cuando la madre se entera de esto ... No demoler la cabeza! - Enojado terminó trampa.
- ¿Cuánto quieres? - La interrumpió Nicholas.
- Necesito más detalles. Te vi con un ramo de flores - que sacudió - un gran ramo de rosas rojas. Rose, sin duda, eran hermosas. Pero es tan cursi, en mi opinión.
- ¡Basta! - Cierra la boca con la mano. - Estas flores ...
- ¿Fueron para ella! - Se mordió el brazo. - No regalabas nunca las flores a nadie de las amigas. Y aquí en seguida las rosas. Rojos! Te verías en aquel momento.
- Todo es tu imaginación enferma, la hermana. ¿Ves lo que no lo es.
- Te vi de pie en la plaza - lo cortó Lu - esperándola. Y cuando llegó, le dio sus flores. Es muy bonito ... - después de una pausa, agregó Lu.
- No hables el absurdo! - Nico empezó a hervir. Su hermana pudo volante y un santo (no se aplica a este o cualquier esfuerzo).
- ¡Oh, Dios! Has enamorado! - Saltó de la cama emocionado Lu. - Has enamorado. Mi hermano se ha enamorado - que se pusieron a bailar un poco.
- Deja de gritar! - Amenazadas de su hermano mayor.
- Si tengo que alguien me diga porque nadie lo va a creer - respiró decepcionado Lu, mirándolo. - Mamá sólo tiene que saber esto - asintiendo con la cabeza al ritmo de sus palabras un poco canalla.
- ¡Vete al infierno! - Nico se encontró con la almohada, pero falló.
- Ni siquiera lo niego! Si esto era no así, me sacarías simplemente de la habitación.
- No puedo hacerlo ahora.
- ¡Oh, y yo no puedo decir lo más importante - para dejar de mirarlo, dijo la muchacha. - Yo sé su nombre!
La sala quedó en silencio.
- Has dijo su nombre en su sueño, mi querido amigo Nico. Y dos veces! - Un gesto teatral, Lu se aferró a su corazón. - Eres tan locuaz cuando estás durmiendo.
Nico lentamente se volvió hacia ella, sin poder creer lo que había oído.
- Sin embargo, le hago una buena chica? Este inteligente ... algo que por sus años - ha sido brillante Lu.
Envío de un beso es todavía aturdido hermano, Lu cerró la puerta detrás de él, por fin gritar:
- ¿Se puede respirar fuera ... y luego te enojes!
Nico tomó una respiración profunda y enterrado en la almohada.
"Piense en esto mañana!" - Decidió.

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