EL CAPÍTULO 58.

La conciencia lentamente regresó. Se destacó a través de la bruma de unas caras, poco a poco cada vez más clara. Antonella abrió los ojos y miró a su agacharse a Paula, el señor Víctor y Nico.
- Bueno, gracias a Dios! - Exclamó Paula. - Bueno, ¿nos dan miedo, mi amiga. ¿Qué pasó?
Antonella en silencio. Desde los ojos de lágrimas fluyeron.
- Mamá, ¿qué te pasa? - Nico preguntó con ansiedad.
- Le robaron - finalmente dijo.
- ¿Quién? - A una voz preguntó Nico y Paula.
Pero Antonella no parecía escucharlos, y continuó:
- Pensé que era todo una broma.
- ¿De qué estás hablando? - Una amiga le dio la trajo Victor vidrio de agua.
- Notas con fotos. Pensé que envió a la gallina mojada María Inés, pero no lo es. A continuación, la llamada ... .. Voz ... Me dijo que yo era una chica mala, y me va a castigar.
- ¿Me estás asustando - dijo Paula.
- Creo que necesito llamar a Martin - sugirió el señor Alyaga. - Él no sabe nada y le esperan en el municipio.
- Sí, - asintió con la cabeza Antonella. Nico le dio una bolsa, y tan pronto como consiguió el teléfono como el teléfono sonó.
Todos los presentes se miraron entre sí. Antonella interno se encogió en una bola, respiró hondo y sacudiendo su mano pegada a la recepción.
- Sí, - dijo en voz baja.
En el tubo se produjo un murmullo, y luego una voz baja dijo:
- Te lo advertí.
- ¿Quién es? ¿Dónde está mi hija, cabrón? - Antonella frustrado.
- Dado que todo está bien - respondió con calma la voz. - Puedes verificar esto. - En el tubo nuevo rumor, y un momento después Antonella oyó la voz de Lu:
- ¡Mamá! ¡Mamá!
- Lu, nena, ¿dónde estás? ¿Te encuentras bien? - Gritó la mujer.
- Te dije que todo está bien - ha dicho la voz.
- Si mi hija a pasar algo - siseó Antonella - Te lo juro por Dios que va a encontrar, y luego te vas a arrepentir de haber nacido en el mundo.
La voz se echó a reír.
- Tus amenazas no me toques. Y ahora - su voz era grave - me escucha y escucha con atención. Quiero que vengas. Hija a cambio de que. Viene uno. Ate Me doy cuenta de que tú me has engañado, que su hija va a morir.
- Indica la dirección.
Voz dictó el nombre de la calle y número de casa.
- Estoy esperando por ti. Y no olvide que debe ser uno, pero de todos modos .., - y el tubo estaba en silencio.
Antonella miró fijamente el teléfono. Nico corrió hacia su madre.
- Mamá, ¿quién es? Lo que quería de ti? ¿Dónde está Lu?
- Demasiadas preguntas, no, - el sitio de su madre. - Tengo que tener prisa.
- No voy a dejar en paz! - Paula protestó.
- ¿No lo entiendes? - Antonella rompió - que estaba loco. Si no vienen solos, mataría a Lu.
- No matar!
Todos se volvieron. Se acercaron a Martín.
- Senior Alyaga me llamó y me fui inmediatamente, - explicó, ya se volvió hacia él mira sorprendido. - ¿Por qué no puedo saber todo de una vez? Incluso entonces, cuando recibió la carta? - Se volvió hacia Antonella.
- No lo sé. No pensé que todo tan en serio.
- Ella no piensa! - Él se indignó. - Debes haber visto su cara en ese momento. Puedes incluso leer que no quería.
- Martin, te lo ruego - gimió. - El tiempo no existe.
- ¿Qué quieres de esta escoria?
- Él me necesita. A cambio de Lu.
- Bueno, - dijo Martin. - ¡Vamos!
- No, - Antonelli negó con la cabeza.
- Entonces voy a matar a los dos, - comenzó a persuadir a ella, Martin. - No te das cuenta de que está enfermo y necesita ser detenida? ¡Vamos! ¡Vamos!
Antonella ha mirado ya marido que no tenía lugar. Desde que llegó tanta fuerza interior y confianza en sí mismo involuntariamente sintió una oleada de energía.
- ¡Vamos! - Ella dijo con firmeza.