среда, 2 ноября 2011 г.

EL CAPÍTULO 15.

- Lautaro, da más rápidamente, llegamos tarde, - Paula pasaba el pendiente en la oreja, estando cerca de la mesita de espejo en el cuarto de baño.
- ¿Mi amor, - ha parecido oír del dormitorio la voz del marido, - y donde has puesto mis calcetines?
Paula pegada los ojos - desde cuando se han casado, Lautaro se hacía hasta la imposibilidad dispersado.
- En la cama, - ha respondido.
A través de un par pasarán el hombre ha pasado en el cuarto de baño con la corbata en las manos.
- ¿Ayudarás? - Es culpable ha sonreído él.
- Claro, el camino.
Ha hecho a ello la corbata, por que ha recibido del marido el beso sensual. Pensar solamente, casi 20 años son casados, y son como antes enamorados el uno en el otro. Que mayor se hacían, continuaba más largamente su matrimonio, más de Paula se asombraba a este fenómeno, y hasta la dispersión de Lautaro, su cambio frecuente de los humores no podían reducir su amor.
- Te ves extraordinariamente, querido. Si no era tu marido, obligatoriamente me enamoraría de ti.
- ¿Es decir, cómo el marido, no me quieres? - Ha fruncido las cejas la mujer.
- Como el marido te quiero aún más.
La apertura de la exposición de las fotografías en el Museo del arte moderna ha recogido una gran cantidad de las prensa y la cantidad enorme de los visitantes. Paula recibía las felicitaciones, además sintiendo es un poco torpe - por tantos años ella y no se ha acostumbrado a la atención tan activa a ella y su obra, cuando pasaba las medidas semejantes como el total de la actividad por un cierto período.

Después de la boda han trasladado en la casa de Lautaro, su hijo vivía con ellos, mientras estudie en la universidad, y después ha trasladado en el apartamento separado.
Su marido un tiempo trabajaba en la clínica, y después ha abierto.
Paula trabajaba mucho, su estudio siempre era completo al pueblo - el modelo, los estilistas, los alumbrantes... Los Empresarios en el turno estaban para encargarle la fotosesión. Es todo ha llegado no en seguida - de un pequeño estudio, de los encargos pequeños. Pero siempre trataba de realizar el trabajo cualitativamente y a tiempo, de ese modo habiendo merecido la reputación del maestro de primera clase del asunto.
La alegría de que se ha formado bien profesional y la vida familiar era oscurecida sólo por uno - no podía tener a los niños. Al principio con Lautaro trataban mucho para cambiarlo ser un Paula ha pasado en las clínicas de la planificación de la familia todos los círculos del infierno, pero todas las tentativas se encontraban inútiles. La melancolía por y el niño no dado a luz se ha establecido para siempre en ellos con el marido los corazones, pero después de la última operación han cesado para siempre las conversaciones sobre los niños.

- ¡Paula! - el grito de Antonella ha roto Paula de los recuerdos tristes.
- ¡Antonella! ¡La amiga! - las mujeres se han abrazado y han cambiado los besos.
Es una primera tu exposición, en que no abrir paso, como durante las rebajas en Galerias Pasifico.
Paula se ha echado a reír:
- Me asombro, de donde tanto a pueblo ha chocado. Aquí detrás de la esquina hay una cafetería muy decente. Iremos allá, y esto mí en cierto modo
подустала de estas entrevistas infinitas y las llamaradas de las cámaras fotográficas.
- ¿Y cómo Lautaro?
- Lo llamaré.

Las mujeres han salido a la calle y han doblado por la esquina. Casi en seguida han visto fuegos de neón de la cafetería y han pasado allá. Después de la atmósfera ruidosa de la exposición, aquí han sentido el silencio agradable. El músico, que estaba al piano de cola, tocaba la melodía conocida. A Antonella ha apretado en el corazón a la vista de este cuadro. Se ha acordado al tío Kristobalya, que era también el músico. No se hacía hace siete años, pero el dolor de su pérdida no pasaba hasta ahora.

Se les ha acercado el camarero y los pasaba a la mesita. Las amigas han encargado por la taza de café y la porción de helado de frutas.
- Tu llegada hoy para mí la sorpresa, - ha dicho Paula.
- ¡La engañadora! - se ha inflamado Antonella, - soy en todas tus exposiciones
- Solamente en las exposiciones. ¿Y cuando por última vez con los niños estabas de visita en nosotros?
- Perdona, - la mujer ha tomado la mano de la amiga y la ha apretado ligeramente, - es demasido trabajo.
- Pero ya que llamar ti puedes...
- ¿Perdona, - Antonella se sentía culpable, - Como a usted con Lautaro?
- Todo como antes. Nosotros dos trabajamos mucho. Rodrigo dentro de unos días pasaba a nosotros. ¡Presentas, me haré la abuela!
- ¿La verdad? ¡Es la novedad excelente! ¡Te felicito!
- Soy muy agitada y no sé, por que asirse.
- Se agarra de la cabeza, - con la sonrisa ha dicho Antonella, - poco probable a tu nieto o la nieta gusta la abuela en el estado del ataque epiléptico.
- ¿Aquella del derecho, - ha respondido Paula e inmediatamente ha preguntado por el tono serio, - Como Nico?
- No sé. Con él algo hacerse últimamente. Ayer él ha venido a casa por la medianoche y completamente borracho. Tal no le pasaba nunca. Temo, Paula.
- ¿Tratabas de hablar con él?
- No tenía tal posibilidad. La mañana, cuando con Lu nos íbamos, él dormía todavía, y soy más grande que ello no veía.
- ¿Y tienes cualesquiera pensamientos a esta cuenta?
- Él se veía con el padre.
- ¿Con Nicolas¿- los ojos de Paula se han redondeado de la sorpresa, - Donde?! ¿Cuando?!
- Ayer. Nicolas estaba a la mesita en la cafetería de una de las mozas. Nico lo ha visto y vertía a ello a la cabeza de los espagueti.
- Bien hecho
- ¡Paula! - Antonella ha mirado con cólera la amiga, - es sin embargo su padre.
- ¿Que ha hecho este padre para el hijo? - Ahora ha llegado a ser indignado el turno de Paula.
- He decidido así, - ha resonado la respuesta tranquila.
- ¿Y bien, y cómo Nicolas ha reaccionado a esta salida?
- Ha escrito la declaración a la policía.
- ¿Que?! ¿Lo veías?!
- ¡Si ha visto, contaría a ello todos los dientes por uno! Es al canalla ha conseguido quitarse antes de mi llegada.
- ¿Que ahora será?
Pero Antonella no ha conseguido responder - a Paula ha comenzado a sonar teléfono. Esto era Lautaro.
- Perdona, la amiga, - ha dicho Paula, habiendo desconectado teléfono, - tengo que volver. Era muy contenta de ti ver. Mañana espero tu telefonazo.
- Llamaré obligatoriamente, - ha prometido la mujer.
Se han despedido cerca de la entrada en la cafetería. Antonella ha esperado, mientras Paula doble la esquina, y luego ha ido al aparcamiento.

Iba a casa por la ciudad de noche, y en la cabeza giraban los recuerdos del fondo pasado. Demasidos acontecimientos ha pasado en su vida por el día pasado - Nico borracho, la noche de insomnio, el encuentro con el ex marido. El mundo, que creaba tan largo en la vida, ha comenzado a derrumbarse. ¡Es culpable en esto solamente una persona - NICOLAS!!!!

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