четверг, 10 ноября 2011 г.

EL CAPÍTULO 35.


El gabinete de Federico Cornejo Mejía estaba en el segundo piso de un edificio de oficinas. A pesar de las normas y estándares aceptados, fondo de pantalla en se tratara de un hermoso color de melocotón, y la situación de todo el conjunto a un paciente para asegurarse de que se relajó y consiguió el placer de comunicarse con su médico, incluso si esto no es del todo calificación más agradable a un ginecólogo.
Por lo general, a la hora del almuerzo nadie Federico tomó, pero incluyó en su gabinete o la mujer no es suficiente preocupado por un estado de la cuestión. Ella simplemente no le importaba Toma un médico o no. Mary- Inés Dalgo vino aquí con un propósito, y que alcanza, en lo que fuera.
- Hola, Federico.
Lo inesperado de Federico saltó sobre una silla. La última persona que esperaba ver en su oficina, fue Mary-Inés.
- ¿Qué quieres? - Le preguntó, pasando de felicitación.
- Quiero consultar, - dijo la mujer, sentada en una silla en su pose favorita - con las piernas cruzadas, que se vuelven locos, todos los hombres que se reunieron en su vida.
- Consulte a otro médico. No te daré consultas. - Federico esfuerzo de gran valor para contenerse y no impulsado esta mujerzuela por la puerta.
- Y en vano, - sonrió Mary-Inés - pronto voy a ser la esposa de tu padre ...
- Aquí cuando se harás - interrumpido por Federico - entonces, y por venir.
Mary-Inés gruñó con disgusto. Es odioso hijo de Nicolas siempre la ha irritado. Bueno, no, ella sólo tiene una manera de cómo hacer bailar a su flauta, y que éste debe aprovecharse de ellas, pero no ahora, ¿cuándo es el momento oportuno.
- Bueno, - dijo en voz alta - lo siento. Nicolás estaba muy molesto al saber que no ayudaría a su futura esposa.
- ¡Ha ido al diablo! - Murmuró Federico.
La mujer se levantó de su silla con un ciervo agraciado y se dirigió hacia la salida. En la puerta se volvió y miró de nuevo sentado en la mesa de un hombre joven. Me pregunto lo que su esposa, cuando una mañana para encontrar su buzón de correo para las fotos de su marido con un poco de belleza? La imagen de ella, incluso involuntariamente, se echó a reír, sorprendido de Federico. Él la miró como si delante de él estaba loco. Mary- Inés le indicó que adiós y salió de la habitación.

Se sentó en el coche, Mary-Inés lo envió directamente a la oficina de Nicolás. De camino ha premeditado que hará y hablar. Claro, era posible dirigirse a otro médico, ya que, cerca de la familia Dalgo era el doctor, sin embargo su clínica casi que el hijastro se la consideraba un de mejor en la ciudad, y Federico no ajeno. No, ella no tenía nada contra él, pero este niño desagradable la rechazó con tanto detalle como la consulta, y esto es imperdonable.
Dejar el coche en el estacionamiento, Mary-Inés entró en el edificio y el ascensor llega al piso.
En el recibidor a Nicolas la mujer de edad avanzada y el hombre, descargado en los trapos brillante, discutían algo es rápido, la secretaria daba las instrucciones al alto muchacho pelirrojo, cuando Mary-Inés ha entrado.
- Nicolas en su gabinete? - La tiró sobre la marcha y sin esperar respuesta, abrió la puerta de la oficina.

- Entramos en la recta final, Nicolas - Ramírez frotándose nerviosamente las manos. Siempre estaba preocupado cuando llegó a su fin. - Y ahora debes ser extremadamente cauteloso. No hay informaciones, sin escándalo.
- Si estamos hablando sobre el incidente con Antonella - replicó Nicolás, - entonces, como ves, hacemos todo para hacer de ella lo antes posible, nos olvidamos de nosotros mismos y todos nuestros mandantes.
- Sí, es necesario reconocerle el mérito, los bravos. Con todo, te advierto.
- No te preocupes. Entiendo que ahora no es el momento para todo tipo de juegos.
- Excelente. Así que en entrevista el miércoles con "Clarín", discurso el jueves a los votantes de la provincia de La Pampa, en conferencia de prensa el viernes con los medios de comunicación de la provincia de Río Negro, el sábado baile de caridad en favor de los niños con leucemia.
- ¿Cuál es tu programa completo - Mary-Inés entró en la oficina, fue a Nicolás y lo besó, - Hola, mi amor.
El hombre respondió con un beso sin mucho entusiasmo, probablemente fuera de la cortesía y el hábito.
- ¿Por qué viniste? - Le preguntó.
- Necesito hablar con ti. No puede esperar.
Nicolás silencio suspiró y miró a Ramírez.
- Voy a venir más tarde - dijo de inmediato comprendió todo, y salió de la oficina.
"¿Y bien?" - Preguntó con impaciencia Nicolás.
Mary-Inés decidió esperar a un descanso, ir a la reflexión final, antes de que se cayó de su amada de noticias.
- Caro - comenzó - Yo no sé cómo sucedió ....
- ¿Qué?
- Tengo un ligero retraso.
Nicolás cree que oído mal. Miró con incredulidad a la mujer. Ella se aferró a él con la aspiración absorta repite:
- ¿Ves, mi amor?
Vamos a tener un hijo....

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