четверг, 10 ноября 2011 г.

EL CAPÍTULO 32.

El penetrante olor del amoniaco puñetazos cubierta cuajada en la base de la conciencia. Antonella abrió los ojos y miró a la mujer se inclinó sobre ella.
- ¿Cómo está Usted? - Preguntó la secretaria. Su rostro expresaba desconcierto y tiempo parcial.
- Estoy bien - respondió Antonella con voz ronca. Ella intentó levantarse, pero relajado las manos débiles no podía sostener su pesado cuerpo.
- Te voy a traer agua.
- Gracias, Clara, - pero ella ya estaba en la puerta.
Antonella miró a su alrededor su habitación: todo parece estar en su lugar. Pero ¿por qué parece que las cosas están, y los muebles que vuelan por la habitación de una manera caótica. La memoria de la superficie último evento: Lu, Nicolás, Nico .... Martin! Accidente de avión! Emociones recapturados su conciencia, pero esta vez se las arregló para reponerme. Sin embargo, la corriente rápida de las lágrimas brotaron de sus ojos.
- Señora, ayúdame! - Se quejó una mujer - Rescate él, oh Señor!
Clara regresó.
- Aquí el agua - le tendió un vaso.
Antonella tomó un sorbo, y se quedó atascado en la garganta, provocó una nueva ola de lágrimas.
- ¿Qué pasó, señora? - La secretaria de la miró con ojos ansiosos. Ella no sabe lo que está pasando con su jefe, y es alarmante. Clara sinceramente trató de ayudar, pero no sabía qué.
- Clara - Antonella intentó de nuevo de pie. Asistente dio la mano y se las arregló para levantarse. Vértigo de la caída de presión, pero se recuperó el aliento, recuperó rápidamente el conocimiento. - Llame al aeropuerto y preguntar en qué clínica trasladaban a las víctimas.
Los ojos de la secretaria se abrieron sorpresa.
- Señora, yo no ....
- No hay tiempo - interrumpió su Antonella - Te lo explicaré más adelante

Nicolas miró a través de las cuentas. En los últimos años, las ganancias cayeron, fue sorprendente - la crisis financiera que está sacudiendo el planeta desde hace años. Timón Argentina de su carne y el pan, una buena mitad de la América del Norte y del Sur y partes de Europa, y la corporación Nicolas cubre dos terceras partes de este mercado, con sus tiendas de marca propia y la cooperación con las principales empresas productoras de importación de sus productos en su país.
Las columnas de cifras en el informe ordenado en fila en una compleja cadena de saldos, débitos, kredetov, saldos y atribución financiera.
Nicolás está tan absorto en el trabajo que no respondió de inmediato a la llamada.
- Sí, - dijo, todavía absorto en el informe.
- Hola, Nicolás, - el voz de Ignacio Dalgo en un instante volvió una realidad.
El hombre hizo una mueca como si estuviera en su mano se deslizó un resbaladizo, gusano de grasa. Dalgo siempre lo llamó asqueroso, y sólo una gestión financiera conjunta y Mary-Inés obligado Nicolás valiente que el hombre.
- ¿Qué se requiere, Ignacio? - Le preguntó con frialdad.
- Sí, aquí, me decidí a aprender haciendo. Mary-Inés se quejó de que te has vuelto un poco para darle atención.
- Con su hija, lo tenemos todo en orden.
- Bueno, está bien. Pero espero que entiendan que si mi hija va a sufrir si siquiera una lágrima caída de sus pestañas, voy a aplastar a usted ya su empresa.
Sí, es una manera estúpida todos lo han amenazado! En primer lugar, Antonella, y ahora este viejo loco, un banco del que es descuidado suficiente para mantener todas sus transacciones de dinero.
- Nunca he prometido a su hija.
- Te lo advertí, Nicolás. Espero que nos entendimos.
Nicolás colgó y golpeó sobre la mesa para que todos los elementos estaban en ella saltó. "Esto es lo que diablos está pasando?" - El pensamiento, el sentimiento se reduce su furia en él, furioso, dispuesto a punto de estallar una columna de fuego, salpicando todo el granizo caliente hasta el límite de los nervios.
- Nicolás, yo necesito ...
- ¿Qué? Que?! ¿Qué ?!?!?! - El volcán ha resurgido con una explosión y golpeó al hombre entró en la habitación.
Pablo Gutiérrez se quedó desconcertado. Él sabía que Nicolás no lo hace, pero nunca antes de su aparición no la causó una reacción tan fuerte.
- Lo siento, que impedía - Pablo vaciló. - Yo sólo quería hacer un informe.
- Yo no lo he probado, - dijo Nicolás, un poco más tranquilo, pero todavía irritado.
- No tengo las cifras. Voy a añadir y corregir.
Nicolás cerró la carpeta, y casi lo tiró Pablo. Apenas consiguió hacerse con ella y se apresuró a salir de la habitación.
Pablo Gutiérrez, se consideraba, Nicolás, fue un cordero negro en la sociedad. Un gerente senior con experiencia y especialista en publicidad y relaciones públicas, Pablo era un hombre que aun cuando todas las casas, se encuentran un poco fuera de sí. Estaba vestido con una especie de trajes de colores inimaginables y alisarse gel para el cabello que a veces le recordaba a Arturo, por lo que irrita aún más Nicolás.

- ¿Por qué Nicolás lloró? - Le preguntó Silvia, cuando Pablo salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.
- No lo sé, pero está furioso como un toro, ante los ojos de los que saludó con un trapo rojo.
- En el último tiempo, que no es él mismo - ha confirmado sus palabras, Silvia.
- Ya has oído lo que te pedí? - Pablo se mudó a un susurro, por temor a que alguien pueda escuchar su conversación.
- No, querida, - también en un susurro respondió Silvia. - ¿Viste cómo es. Para él, ahora no siquiera se acercan. Sólo sé que tiene algunos problemas en el ámbito personal.
- Trate de encontrar, caros, y yo lo pagaré bien - él puso su brazo alrededor de sus labios y se quedó en la boca, pero después de unos segundos soltó a la niña, ya que estaba empezando a perder el control de sí mismos, y no estaba en sus planes.
- ¿Se llega por la noche? - Le preguntó, mirándolo con ojos brumosos.
- Sin duda, mi amor - sonrió - pero la información es, ante todo.
Cuando la puerta se cerró detrás de recepcionista Pablo, Silvia suspiró. Ella está locamente enamorada de él, vivió durante breves reuniones con él y estaba listo para todo lo que no ha perdido interés en ella. Necesita información? Se va a extraer, lo que sería a toda costa.

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