пятница, 4 ноября 2011 г.

EL CAPÍTULO 21.

- ¡Pasa a mí! - ha dejado en el tubo de Ignasio Dalgo.
El hombre era malo, como nunca. Si él no lo veía con sus propios ojos, ni por que no creería.

Esta mañana de domingo de Ignasio se ha deshecho en la butaca cerca del televisor en la esperanza mirar la entrevista del yerno futuro, cuál él contaba a Nicolas. Las esperas no lo han engañado: Lusiana Navarra - el maestro del asunto - como siempre, ha mostrado el pilotaje superior en la competencia de los programas políticos. Y después ha comenzado el show. Primero Dalgo ha pensado que es pensado tan especialmente por el guión como la comprobación del senador futuro en stress. Pero cuando Nicolas y Antonella han comenzado a besar uno a otro, él ha comprendido que este show no era planeado. Ignasio ha monta en cólera. Él ha saltado dentro de la butaca y pasaba por la habitación. Lo que él ha visto, no lo gusta. Él ha agarrado teléfono, teniendo intención llamar a la hija, pero ha cambiado de opinión. Mañana él decidirá este problema, y hoy pensará, cómo.
Mary-Inés ha entrado en el gabinete del presidente y se ha parado a la puerta. Comprendía perfectamente, para que el padre la ha llamado, ahora estaba y esperaba es paciente, cuando él comenzará a hablar.
- ¡Se sienta! - ha resonado la orden.
Se ha sentado. Durante un minuto ellos miraban callando uno contra otro, como si tratemos de establecer el enlace telepático. El padre y la hija, dos personas, - parsimonioso, con una fuerte voluntad y la mentalidad lógica, - ellos comprendían perfectamente, que puede amenazarlos la conducta tan imprevisible de Nicolas Kornejo-Mejia, y especialmente su antigua mujer desequilibrada, que, como ha mostrado la entrevista de domingo, tiene la influencia enorme en su estado emocional.
- Tienes que lo más rápidamente posible casarte con él, - ha dicho Ignasio. - las Mujeres que acompañaban los maridos al mismo principio de su vía, valen mucho más arriba.
- Trato, padre.
- ¡Tratas mal! - ha rugido Dalgo, habiendo golpeado el puño por la mesa. Él se ha levantado de la butaca presidencial, se ha acercado a la hija y ha tomado en enorme brazos grandes su barbilla. - tratas mal, lavando caro hija. Esto no contigo él se besaba en todo el país, y con la ex esposa, con que él, a propósito, en el divorcio DIEZ años.
- Sé, el papá, - casi ha respondido en voz baja Mary-Inés.
- ¿Ah, sabes? ¿Y donde eras ayer? ¿Por qué cerca de él en el estudio estaba este Piovano, y no ti?
- Nicolas ha ido junto con el ayudante. Él no me ha tomado consigo, - la voz de la muchacha ha temblado, ha sentido que comenzará a llorar enseguida.
- Y ha hecho correctamente. ¿Para que le es necesario tal trapo, cómo ti? Vives en su casa, duermes con él, recibes de él los regalos, solamente aquí casarse contigo no tiene prisa.
De las ofensas para hoy era bastante.
- ¿Lo me invitas a hacer? - Mary-Inés con la llamada ha mirado el padre.
- ¡No propongo, - Ignasio de nuevo se ha inclinado en la hija, - exijo! He impuesto demasiado en su corporación y no voy a perderlo.
- ¡Y bien, se casa entonces con él mismo! - ha disparado la muchacha.
Dalgo ha dar un revés por la cara a la hija. Ha caído de la silla y dar con el cuerpo en tierra al suelo, pero inmediatamente se ha levantado y es impasible ha mirado al padre en los ojos.
Él ha sacado del cajón de la mesa la carpeta.
- Este expediente de Antonella Piovano, - ha dicho él ya por más de voz tranquila, - Lee.
Mary-Inés ha tomado la pila de las hojas de papel aseguradas entre ellos por la carpeta de ganchos y ha comenzado a leer: "Antonella Piovano ha nacido en Buenos Aires en la familia.....". Y poco tiempo después la vida de la rival se ha abierto ante ella como en la palma.
Habiendo cerrado la última página, ha mirado el padre y ha sonreído:
- ¿Y esta cosa no es tan simple, como parece, ¿no es así??
- Aquí, - Ignasio le ha tomado la carpeta y ha puesto atrás en la mesa.
- Tu matrimonio con Nicolas, - era continuado por él, es la transacción excelente que nos da con tú las posibilidades ilimitadas en el mercado internacional.
- Mi tarea - eliminar a Antonella. Pienso que esto será fácil. Nuestra oveja tiene muchos misterios, y quiere en absoluto que Nicolas conozca sobre ellos.
- ¡La persona con mollera! ¡- Dalgo con la sonrisa ha mirado la hija, - Arréglala!

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